Carlos MARCHENA

Nacido el 31 de julio de 1979 en Las Cabezas de San Juan (Sevilla), este bondadoso y espigado mocetón de 183 centímetros de altura, uno de los futbolistas más laureados del fútbol andaluz, testigo directo y actor de las dos grandes gestas del fútbol español reciente, empezó a dar patadas a un balón en el “estadio” de las calles de su localidad natal y en el patio del colegio donde estudiaba primaria, el Luis Valladares, hasta que con 8 años añadió a estos escenarios connaturales a toda iniciación futbolística los propios de su primer club federado, La Juventud.

Las primeras lecciones regladas le fueron dadas por el entrenador Antonio Aguilar, llamado cariñosamente el Gordo, quien siguió instruyéndolo cuando al año siguiente la pequeña entidad se fusionó con el Club Deportivo Cabecense. Las ejecuciones de Carlos en las categorías inferiores de este club le permitieron mostrarse a los ojeadores que recorrían la provincia en busca de diamantes en bruto para los equipos grandes, cayendo en suerte nuestro protagonista a los ojos del técnico sevillista Miguel Ruiz.

Así, con 10 años y con el permiso familiar, Carlos Marchena se incorporó al Sevilla Fútbol Club en cuya cantera empezó a progresar año tras año no sin el esfuerzo que suponía realizar cada día dos veces el trayecto entre Sevilla y Las Cabezas de San Juan para poder entrenar y llevar los estudios en el Colegio Público Luis Valladares y, luego, en el Instituto de Enseñanza Secundaria Las Cabezas. Sin embargo, esta agotadora rutina terminó cuando a los 15 años comenzó a vivir en pisos de la capital con compañeros futbolistas bajo la tutela del Sevilla y se matriculó en los institutos sevillanos Santa Aurelia y, más tarde, Martínez Montañés.

De esta forma, discurrió la etapa de formación de Carlos Marchena, quien fue superando con satisfacción propia y de su entorno técnico –Fermín Galeote, José María Moreno y Bonifacio Estrada– las categorías alevín, infantil y cadete hasta llegar a la juvenil, en la cual disfrutó de los primeros resultados significativos, tales fueron el triunfo en la Copa del Rey Juvenil de 1996, con el Sevilla, y la victoria en el Campeonato de España sub-17 del mismo año, con la selección andaluza.

Así las cosas, el 9 de noviembre de 1997 el entrenador de la primera plantilla sevillista, Vicente Miera, consideró oportuno que nuestro biografiado debutase –como titular– con los grandes en partido correspondiente a la 12.ª jornada del Campeonato Nacional de Liga de Segunda División, en el Estadio Ramón Sánchez-Pizjuán, entre el Sevilla y el Alavés –los locales ganaron 1-0, con gol de Salva. A sus 18 años, Carlos había cumplido un primer sueño.

Esa temporada (1997-1998) el cabecense jugó 17 partidos ligueros con el Sevilla y 3 con el filial en Segunda B, en tanto que en la campaña 1998-1999 ya solo actuó –durante 18 encuentros– para el primer equipo, a las órdenes de Fernando Castro Santos y, más tarde, Marcos Alonso, con el que el cuadro hispalense obtuvo el ascenso a la máxima categoría del fútbol nacional. Tal calidad de juego desplegó Carlos Marchena durante dicho año que fue convocado por Iñaki Sáez para la Copa del Mundo Sub-20 Nigeria 1999 en la que la selección española levantó el 23 de mayo el trofeo de campeón –triunfo en la final ante Japón (4-0)–, siendo Marchena incluido en el once ideal del torneo.

El curso futbolístico 1999-2000 fue tremendamente importante para el devenir de Carlos Marchena. Titular indiscutible en el Sevilla (33 partidos) tanto para Marcos Alonso como para Juan Carlos Álvarez, su brillante juego en defensa –que no bastó para salvar al equipo del descenso de categoría– le supuso, por un lado, la llamada para el equipo olímpico español y, por otro, el fichaje por uno de los grandes clubes europeos, el SL Benfica portugués, para la temporada 2000-2001.

La aventura olímpica del sevillano tuvo un desenlace casi perfecto, pues concluyó con la obtención de una medalla de plata que, además de Marchena, hicieron posible Albelda, Amaya, Angulo, Aranzubía, Capdevila, Farinós, Felip, Ferrón, Gabri, Ismael, el también sevillano José Mari, Lacruz, Luque, Puyol, Tamudo, Unai, Velamazán y Xavi, dirigidos por Iñaki Sáez.

El torneo olímpico de Sídney 2000 –16 equipos divididos en 4 grupos de cuatro– comenzó para España el 14 de septiembre con triunfo frente a Corea del Sur (3-0). Tres días más tarde, hubo derrota ante Chile (1-3) y en el último partido de la primera fase –sin Marchena– el equipo español se impuso a Marruecos (2-0) para clasificarse como 2.º del grupo B tras los chilenos y saltar a la siguiente fase.

En cuartos de final, España despachó a Italia (1-0) y, en semifinales, hizo lo propio con Estados Unidos (3-1), ganándose el derecho a disputar la final frente a Camerún el 30 de septiembre en el Estadio Olímpico de Sídney. En dicha final los africanos empataron a dos en el segundo tiempo, dos jugadores españoles –Gabri y José Mari– fueron expulsados y, sin decidirse nada en la prórroga, la medalla de oro se jugó en la suerte de los penaltis, en la que España falló uno y Camerún ninguno. Por tanto, se perdió la ocasión de rememorar a la Quinta de Cobi y que pasase a la historia, como campeona olímpica, la Quinta del Canguro.

Tras el año en Oporto defendiendo la camiseta del Benfica –siendo también convocado por la selección española sub-21–, el 22 de junio de 2001 Carlos Marchena firmó contrato con el Valencia CF, formalizándose en la campaña 2001-2002 su regreso a la liga española y comenzando su etapa más prolífica, larga y satisfactoria como futbolista tanto en el ámbito de club como con la selección española.

En la entidad valencianista, el defensa andaluz encadenó nueve temporadas (2001-2002 a 2009-2010), siempre en Primera División, habiendo sido un jugador valioso para los entrenadores Rafa Benítez (2001-2004), Claudio Ranieri (2004-2005), Antonio López Habas (2005), Enrique Sánchez Flores (2005-2007), Ronald Koeman (2008) y Unai Emery (2008-2010) y habiendo contribuido a una de las épocas más gloriosas del club de Mestalla, en la cual se enmarca la consecución de los siguientes títulos: 2 ligas (2001-2002 y 2003-2004), 1 Copa del Rey (2008), 1 Copa de la UEFA (2004) y 1 Supercopa de Europa (2004).

Prosiguiendo con la trayectoria de club, en el verano de 2010 Marchena abandonó el Valencia y se comprometió con otro equipo levantino, el Villarreal CF, por dos temporadas (2010-2011 y 2011-2012). Dos años que fueron antagónicos pues si en el primero de ellos el equipo –dirigido por Juan Carlos Garrido– cerró en 4.ª posición el campeonato de liga y se clasificó para la Liga de Campeones de Europa, en el segundo ni Marchena ni los técnicos Garrido, José Francisco Molina y Miguel Ángel Lotina pudieron evitar el descenso a Segunda División.

Tocaba un cambio de aires en la campaña 2012-2013 y el sevillano, con 33 años, recaló en el Deportivo de La Coruña de la mano de José Luis Oltra. Sin embargo, Carlos Marchena vivió una vez más la tristeza de la pérdida de categoría, como le había sucedido en Sevilla y en Villarreal años antes. Afectado por este hecho, el cabecense decidió rechazar cuantiosas ofertas de otros equipos españoles y clubes extranjeros para permanecer otra campaña en La Coruña y “devolver la confianza depositada en él y aportar al ascenso del equipo a Primera”, cosa que indudablemente cumplió el 31 de mayo de 2014 cuando marcó el gol decisivo –que él mismo calificó como “el gol de su vida”– en la victoria deportivista ante el Real Jaén, en Riazor, en la última jornada de liga y que significaba al regreso del Deportivo a Primera División.

No obstante, diferencias con el entrenador, Fernando Vázquez, le condujeron a la salida del club coruñés al término de esa triunfal temporada y a encarar el curso 2014-2015 sin equipo. A sus 35 años, el jugador mantuvo la forma entrenando con el Recreativo de Huelva, gracias a un favor personal del entrenador y amigo José Luis Oltra, a la espera de una oferta apropiada que nunca llegó. El 24 de julio de 2015 firmó contrato por el Kerala Blasters, de la Superliga de India, con el que solo llegó a jugar un partido, siendo este exótico equipo su último club ya que el 19 de enero de 2016 anunció su retirada como futbolista de alto nivel.

No obstante, el 29 de diciembre de 2016 volvió a vestirse de corto en un partido solidario jugado entre la selección andaluza y un combinado de la liga en el Estadio Benito Villamarín de Sevilla para recaudar fondos para UNICEF España y que sirvió además de homenaje al defensa.

Habíamos dejado el relato de las vivencias de Marchena con la selección española en el lejano año de 2001, cuando estando en la liga portuguesa fue reclamado por el combinado sub-21. Repetiría internacionalidad en esta categoría en 2002, durante el primer año en el Valencia, y se estrenaría con la absoluta el 21 de agosto de 2002, en un partido amistoso contra Hungría (1-1), en Budapest, y por convocatoria de su viejo conocido Iñaki Sáez, quien también debutaba en el banquillo como seleccionador nacional absoluto en sustitución de José Antonio Camacho.

Con el técnico vasco, Marchena vistió la camiseta roja durante todo el ciclo de preparación y consecución de la clasificación para la Eurocopa 2004, en Portugal, así como en el propio campeonato continental, donde España fue eliminada en la primera fase.

Posteriormente, el jugador cabecense también contó con la confianza del siguiente seleccionador, Luis Aragonés, con el que llegó a disfrutar y vivir en primera persona los dos grandes éxitos modernos del equipo nacional masculino de fútbol, como fueron los triunfos en la Eurocopa de Austria-Suiza 2008 y la Copa del Mundo de la FIFA Sudáfrica 2010.

En el primero, el sevillano jugó como titular la final celebrada el 29 de junio de 2008 en el Estadio Ernst Happel de Viena, contribuyendo a la victoria de España por 1-0 ante Alemania y terminando de ganarse su inclusión en el equipo ideal del torneo. Por su parte, en el Mundial asistió como reserva al último partido del campeonato, jugado el 11 de julio de 2010 en Johannesburgo y en el que el combinado nacional levantó su primera copa universal tras ganar a Holanda por 1-0. Por este éxito, ingresó en 2011 en la Real Orden del Mérito Deportivo, en la categoría de medalla de oro.

Amén de estos dos grandes hitos, Carlos Marchena compitió en la Copa del Mundo de Alemania 2006 –eliminado en octavos de final por Francia (1-3)– y en la Copa Confederaciones de Sudáfrica 2009 –puesto 3.º. Su último partido con la primera camiseta española, el que hacía el número 69, data del 8 de junio de 2011, un amistoso contra Venezuela (0-3) en Puerto La Cruz.

Como dato adicional que otorga valor a la longevidad y a la significación del futbolista andaluz cabe indicar que es el jugador con más partidos consecutivos invicto (57) en la selección española, desde el 11 de junio de 2003 al 7 de septiembre de 2010, marca que es también récord internacional para cualquier jugador en un equipo nacional, superando el anterior del brasileño Garrincha (49).

El recuerdo de Marchena está, pues, plenamente latente por la enormidad de su trayectoria deportiva, sobre todo en su natal Las Cabezas de San Juan, donde cada año la delegación de deportes y el Club Deportivo Cabecense organizan el campeonato de fútbol base Carlos Marchena, al que el afable y agradecido Carlos –por cierto, diplomado en Turismo– acude edición tras edición. Además, desde 2010, el complejo deportivo municipal lleva su nombre.

Tras estar vinculado los últimos años a la cantera sevillista haciendo la labor de segundo entrenador del Sevilla Atlético y responsable de la detección y acompañamiento del talento decide desvincularse del club. El último periodo en los banquillos es en la temporada 2022-23 siendo 2º entrenador del Valencia CF.

Tras terminar los estudios de Grado Superior de Nutrición, en Septiembre de 2023 funda la academia deportiva "Carlos Marchena", donde actualmente se encarga de la mejora en la tecnificación y asesoramiento de sus participantes en las Instalaciones de la Cartuja en Sevilla.

 

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